jueves, 7 de febrero de 2008

Lejana


(...)
7 de febrero
A curarse. No escrbiré el final de lo que había pensado en el concierto. Anoche la sentí sufrir otra vez. Sé que allá me estarán pegando de nuevo. No puedo evitar saberlo, pero basta de crónica. Si me hubiese limitado a dejar constancia de eso por gusto, por desahogo... Era peor, un deseo de conocer al ir releyendo; de encontar claves en cada palabra tirada al papel después de tantas noches. Como cuando pensé la plaza, el río roto y los ruidos, y después... Pero no lo escribo, no lo escribiré ya nunca.
Ir allá a convencerme de que la soltería me dañaba, nada más que eso, tener veintisiete años y sin hombre. Ahora estará bien mi cachorro, mi bobo, basta de pensar, a ser al fin y para bien.
Y sin embargo, ya que cerraré este diario, porque una o se casa o escribe un diario,las dos cosas no marchan juntas - ya ahora no me gusta salirme de él sin decir esto con alegría de esperanza, con esperanza de alegría. Vamos allá pero no ha de ser como lo pensé la noche del concierto. (Lo escribo, y basta de diario para bien mío). En el puente la hallaré y nos miraremos. La noche del concierto yo sentía en las orejas la rotura del hielo ahí abajo. Y será la victoria de la reina sobre esa adherencia maligna, esa usurpación indebida y sorda. Se doblegará si realmente soy yo, se sumará a mi zona iluminada, más bella y cierta; con sólo ir a su lado y apoyarle una mano en el hombro.
Alina Reyes de Aráoz y su esposo llegaron a Budapest el 6 de abril y se alojaron en el Ritz. Eso era dos meses antes de su divorcio. En la tarde del segundo día Alina salió a conocer la ciudad y el deshielo. Como le gustaba caminar sola -era rápida y curiosa- anduvo por veinte lados buscando vagamente algo, pero sin proponérselo demasiado, dejando que el deseo escogiera y se expresara con bruscos arranques que la llevaban de una vidriera a otra, cambiando aceras y escaparates.
Llegó al puente y lo cruzó hasta el centro andando ahora con trabajo porque la nieve se oponía y del Danubio crece un viento de abajo, difícil, que engancha y hostiga. Sentía como la pollera se le pegaba a los muslos (no estaba bien abrigada) y de pronto un deseo de dar vuelta, de volverse a la ciudad conocida. En el centro del puente desolado la harapienta mujer de pelo negro y lacio esperaba con algo fijo y ávido en la cara sinuosa, en el pliegue de las manos un poco cerradas pero ya tendiéndose. Alina estuvo junto a ella repitiendo, ahora lo sabía, gestos y distancias como después de un ensayo general. Sin temor, liberándose al fin -lo creía con un salto terrible de júbilo y frío- estuvo junto a ella y alargó también las manos, negándose a pensar, y la mujer del puente se apretó contra su pecho y las dos se abrazaron rígidas y calladas en el puente, con el río trizado golpeando en los pilares.
A Alina le dolió el cierre de la cartera que la fuerza del abrazo le clavaba entre los senos con una laceración dulce, sostenible. Ceñía a la mujer delgadísima, sintiéndola entera y absoluta dentro de su abrazo, con un crecer de felicidad igual a un himno, a un soltarse de palomas, al río cantando. Cerró los ojos en la fusión total, rehuyendo las sensaciones de fuera, la luz crepuscular; repentinamente tan cansada, pero segura de su victoria, sin celebrarlo por tan suyo y por fin.
Le pareció que dulcemente una de las dos lloraba. Debía ser ella porque sintió mojadas las mejillas, y el pómulo mismo doliéndole como si tuviera allí un golpe. También el cuello, y de pronto los hombros, agobiados por fatigas incontables. Al abrir los ojos (tal vez gritaba ya) vio que se habían separado. Ahora sí gritó. De frío, porque la nieve le estaba entrando por los zapatos rotos, porque yéndose camino de la plaza iba Alina Reyes lindísima en su sastre gris, el pelo un poco suelto contra el viento, sin dar vuelta la cara y yéndose.

Julio Cortázar - Lejana

miércoles, 6 de febrero de 2008



La Nasa transmite "Across the Universe" de Los Beatles al Universo

La canción de Los Beatles "Across the Universe" comenzará a viajar a través del Universo desde la noche del lunes, cuando sea transmitida por la Nasa hacia el cosmos para celebrar el cincuentenario de la agencia espacial estadounidense.

La transmisión comenzará a las 00H00 GMT del martes y estará dirigida a la estrella Polar o estrella del Norte (Polaris), la más brillante de la constelación de la Osa Menor, a 431 años-luz de la Tierra (un año-luz corresponde a 9.460.000 millones de kilómetros), precisó la Nasa en su sitio en internet.

La canción viajará por el Universo a 299.792 km por segundo.

El ex beatle Paul McCartney se declaró muy entusiasmado por esta iniciativa cuando fue anunciada. "¡Fascinante! Bien hecho, Nasa, envíenles mis cariños a los extraterrestres", indicó en un mensaje a la agencia espacial.

John Lennon, el ex beatle asesinado, es el principal autor de esta canción, cuyo título se traduce como "A través del Universo".

La viuda de Lennon, Yoko Ono, juzgó que este hecho "marca el principio de una nueva era en la cual nos comunicaremos un día con miles de millones de planetas".

La inusual transmisión también festeja los 40 años de la canción de la legendaria banda británica, el 50 aniversario del lanzamiento del Explorer 1 -el primer satélite estadounidense- y el nacimiento hace 45 años de la Red del Espacio Profundo (Deep Space Network, DSN), una entramado internacional de antenas destinadas a la exploración del Sistema Solar y el Universo.

El público fue invitado a participar escuchando la canción de los Beatles en sus propios reproductores de música, al mismo tiempo que la canción comience a viajar por el espacio.