jueves, 24 de julio de 2008

Léase como lo que es.

Se encuentra, desde hace un tiempo ya, la rectificación de la mierda en la sociedad occidental, ensalzada como característica de la misma.
Hemos descubierto tardíamente que la vergüenza y el orgullo (de mierda) representan, nada más y nada menos, que el autoritarismo de la negación de la vida misma. (¿Qué es cagar si no un acto completamente natural y fundamental para vivir?).
Ahora, entre tanto desprestigio y alabanza de nuestras heces nos preguntamos ¿Por qué la mierda, y no otro producto de nuestro sistema?, ¿Por qué no el vómito?, ¿Qué función cumple el mismo dentro de nuestra sociedad?
Si la mierda no es usualmente tema de charlas (exceptuando a la abuela, que parece tener una relativa obsesión en saber cómo fuiste de cuerpo), mucho menos es el vómito si lo pensamos.
Cotidianamente descrito como la vergüenza del enfermo, la desgracia del intoxicado, el castigo del borracho, y más ejemplos que nos llevan al cuestionamiento ¿Por qué siempre esta doble connotación que veta y siente lástima a la vez?
Nos catalogamos de borrachos, intoxicados, enfermos sólo porque nuestro estómago degluta para el lado opuesto que lo normal. (¡Qué ejemplo más grande del “desviado”! ¿Desde cuándo lo normal es tender para cierto lado? –Desde siempre, lo sabemos-).
Encontramos entonces, que el vómito se encuentra etiquetado como una de las peores funciones naturales, justamente –y he aquí la trampa- porque no es natural.
Por esto mismo, “mejor no hablarlo”, esconderlo bien profundo, o mejor aún, que fluya por el caño, junto a la otra negación, la mierda.
Sin embargo, hemos presenciado durante la investigación del desarrollo humano, una extraña obsesión presente en algunos individuos hacia/para con el vómito (cuestión que recuerda a los comensales a cierta situación ocurrida, donde extravagantes cantineros, no parecían mostrar el menor asco ante el líquido estomacal, e -irónicamente- hacían de esto su vida).
Quizá se encuentra en esta categoría la mayor fuente de desprestigio, la afección, que busca a través del vómito la inserción en la sociedad.
Observen ustedes qué paradigma, esta misma aceptación que se pretende de las masas, hace que –para ser aceptado por completo- se niegue totalmente la regurgitación, para dejarlo así muy oculto en cajas bien cerradas bajo la cama, y roguemos a Dios que nadie se entere.
Una manera de entender este ocultamiento es la acepción antirreligiosa, que culpa a la creencia omisa en un Dios creador, dueño del cielo, la tierra y por supuesto sus habitantes. Esto provocaría que al ser propiedad del mismo, uno no pudiera hacer de su cuerpo lo que se le antojase, ya que cualquier daño es una ofensa al Salvador, que cerraría las puertas de la eternidad.
Pero preferimos dejar de lado estos conceptos, a fin de evitar el oprobio de los creyentes.
Tantos chicos y chicas que, cegados por la búsqueda de una belleza infinita, descuidan por completo sus cuerpos, pensando que de esta manera podrán salir en tapas de revistas junto con otros que, sin saber, son parte del mismo problema.
Entra aquí un tema fundamental de este “modo de vida” que creen elegir algunos, esta ofuscación con lograr la perfección estética sin siquiera notar que la belleza interior es opacada por el monstruo exterior en el que se están convirtiendo, al rendir su cuerpo a la muerte misma.
Ahora, al ser causante de la muerte, el vómito sufre connotaciones que la mierda no parece tener. -Puesto que la muerte ocurre si no cagás, ¿no es cierto?-
(¿Será acaso el vomitar la pulsión de muerte, que inconscientemente -o no tanto- nos tira hacia la unidad, a regresar al origen?)
Si la muerte del hijo de Stalin fue la única muerte metafísica del siglo pasado, cabe decir entonces, que este siglo está plagado de este tipo de muertes.
Cuando él negó a la mierda, cometió al mismo tiempo la negación de la vida, del ser en sí. Y pereció justamente con el orgullo de ser inmaculado; si en vida sería obligado a recoger sus excrementos entonces la muerte sería la única solución.
Entonces, al tomar los fallecimientos a partir del vómito descubrimos no sólo que el número es alto, si no también que estas personas viven y mueren en la negación de su situación.
Descubrimos que este ocultamiento puede ser entendido como otro tipo de negación, la de la muerte. (No estamos hablando aquí de etapas post traumáticas, ni de conceptos psicoanalíticos.) Pero la cuestión sigue siendo que el problema no es aceptado, el problema genera enfermedad, genera muerte.
De esta manera, el deceso, que es tomado como un compuesto inseparable del ser, o como puente entre el ser y el no ser, (o de la manera que uno quiera comprenderlo), nos lleva a destacar a este tipo de muertes como nuevas expresiones de una misma negación del ser. Que gracias a ella, y apoyada en las industrias de la moda y del marketing, generan consigo un creciente número de muertes metafísicas que quedarán en la historia del siglo presente.
PANDORA 19/07/08

martes, 8 de julio de 2008

La última Inocencia

Partir
en cuerpo y alma
partir.

Partir
deshacerse de las miradas
piedras opresoras
que duermen en la garganta.

He de partir
no más inercia bajo el sol
no más sangre anonadada
no más fila para morir.

He de partir
Pero arremete ¡viajera!

Alejandra Pizarnik

lunes, 7 de julio de 2008

Aquí, Alejandra


Bicho aquí,
aquí contra esto,
pegada a las palabras
te reclamo.

Ya es la noche, vení,

no hay nadie en casa

Salvo que ya están todas
como vos, como ves,
intercesoras,

llueve en la rue de l'Eperon
y Janis Joplin.

Alejandra, mi bicho,
vení a estas líneas, a este papel de arroz
dale abad a la Zorra,
a este fieltro que juega con tu pelo

(Amabas, esas cosas nimias
aboli bibelot d'inamité sonore

las gomas y los sobres
una papelería de juguete
el estuche de lápices
los cuadernos rayados)

Vení, quedate,
tomá este trago, llueve,
te mojarás en la rue Dauphine,
no hay nadie en los cafés repletos,
no te miento, no hay nadie.

Ya sé, es difícil,
es tan difícil encontrarse

este vaso es difícil,
este fósforo,

y no te gusta verme en lo que es mío,
en mi ropa en mis libros
y no te gusta esta predilección
por Gerry Mulligan,

Quisieras insultarme sin que duela
decir cómo estás vivo, cómo
se puede estar cuando no hay
nada más que la niebla de los cigarrillos,

Cómo vivís,
de qué maneraabrís los ojos cada día

No puede ser, decís, no puede ser.

Bicho, de acuerdo,
vaya si sé pero es así, Alejandra,
acurrucate aquí, bebé conmigo,
mirá, las he llamado,
vendrán seguro las intercesoras,
el party-para vos, la fiesta entera,

Erszebet,
Karen Blixen

ya van cayendo,
saben que es nuestra noche, con el pelo mojado
suben los cuatro pisos, y las viejas
de los departamentos las espían

Leonora Carrington, mirala,
Unica Zorm con un murciélago
Clarice Lispector, aguaviva,

burbujas deslizándose desnudas
frotándose a la luz, Remedios Varo
con un reloj de arena donde se agita un láser
y la chica uruguaya que fue buena con vos
sin que jamás supieras
su verdadero nombre,
qué rejunta, qué húmedo ajedrez,
qué maison clase de telarañas, de Thelomions,
qué larga hermosa puede ser la noche
con vos y Joni Mitchell
con vos y Hélène Martin
con las intercesoras

animula el tabaco
vagula Amaïs Nim
blandula vodka tónic

No te vayas, ausente, no te vayas,
jugaremos, verás, ya están llegando
con Ezra Pound y marihuana
con los sobres de sopa y un pescado
que sobrenadará olvidado, eso es seguro,
en una palangana con esponjas
entre supositorios y jamás contestados telegramas.

Olga es un árbol de humo, cómo fuma
esa morocha herida de petreles,

y Natalía Ginzburg, que desteje
el ramo de gladiolos que no trajo.

¿Ves, bicho? Así. Tan bien y ya. El scotch,
Max Roach, Silvina Ocampo,
alguien en la cocina hace café

su culebra cantando
sus terrones un beso
Lés Ferré

No pienses más en las ventanas
el detrás el afuera

Llueve en Rangoom
Y qué.

Aquí los juegos. El murmullo
(consonantes de pájaro
vocales de heliotropo)

Aquí, bichito. Quieta. No hay ventanas ni afuera
y no llueve en Rangoom. Aquí los juegos.


Julio Cortázar, A Alejandra Pizarnik en Salvo el Crepúsculo

martes, 1 de julio de 2008

¿Qué pasa con la juventud?


No podemos dejar de notar que la juventud está dejada de lado socialmente como posible hacedora de un cambio. La sociedad emite este mensaje: no hay nada que se pueda hacer para gestar un lugar mejor donde vivir. Sin embargo, creemos que no es así. Creemos que tenemos que involucrarnos para lograr lo que queremos. Sin compromiso social, no hay cambio. Y si no empieza por los jóvenes, por quién va a empezar.Pero como jóvenes artistas ¿podemos mantener una postura firme con respecto a lo que está pasando? La historia nos enseña que sí. ¿Por qué es entonces que no vemos en gran medida al arte nuevo involucrado socialmente con una causa? ¿O es posible que no haya una cantidad de espacios de interacción abiertos a todos? Si estamos atravesando una cantidad de cambios radicales cada día, ¿acaso no es hora de mostrarlo también arriba de un escenario, a través de una novela, en los acordes de una canción?Queremos expresarnos, ser escuchados, vistos, notados. Queremos mostrar con nuestro arte, una realidad que es propia de cada uno, una realidad compartida que nos incumbe a todos.
Si somos portadores de nuevas ideas, ¡¿por qué callarnos?!Es tiempo de unirnos y demostrar que la juventud también existe, que podemos crear e involucrarnos.
Es por esto que abrimos el espacio para que todo aquel que tenga una opinión y lo quiera expresar de un modo artístico, pueda hacerlo.
Estamos organizando eventos, festivales y jornadas, con ganas de cambio y de libre expresión. Sumate con tu aporte.Envianos tus datos junto con tu propuesta a: gruporuans@gmail.com o comunicate al: 1557985932 (Alejandro)
Organizan


http://gruporuans.blogspot.com/